Aún a costa de interrumpir la serie con las distintas hipótesis sobre el Papa Francisco, no podemos dejar de congratularnos desde estas páginas con Mons. Eduardo María Taussig, obispo de San Rafael. Ha llegado a la redacción del blog algunos comentarios que corren en los porosos pasillos de la Curia Romana y que dan cuenta de que Mons. Taussig sería promovido próximamente a una sede archiepiscopal. Son dos las posibilidades: La Plata y Bahía Blanca. En ambos casos, sus prelados actuales se encuentran con serios problemas de salud y se presume que dejarán sus puestos anticipadamente. Y allí iría, finalmente, el obispo sanrafaelino, dejando atrás los oscuros años de destierro cuyano. La multitud de pequeños libritos y folletines editados por el obispo pareciera que han surtido algún efecto en los graves censores de la Congregación para los Obispos y los esplendores de las sedes centrales del país se encontrarían próximos.
Junto a esta noticia, nos llegó esta misma mañana un mail de un grupo de jóvenes fieles de la diócesis de San Rafael, firmado por Tobías, que nos parece relevante publicar ya que, sin duda alguna, enriquecerá la carpeta romana en el que se custodia todo el recorrido de Mons. Taussig acelerando, de esa manera, su promoción a la tal anhelada sede.
Estimado Wanderer:
Con algunos amigos estuvimos hablando anoche sobre los últimos artículos que publicó en su blog sobre el papa Francisco y nos decidimos a escribirle porque queremos comentarle las sorprendentes coincidencias que encontramos entre los actos del Sumo Pontífice con nuestro querido obispo, Mons. Eduardo Taussig. En especial nos llamó la atención la inclinación que vemos en ambos jerarcas a “no juzgar” sino a “castigar” directamente, por no decir, a pegarle una patada en el c…. a la pobre víctima, muchas veces sin decir “agua va”.
Aquí le detallamos algunos casos:
1. Hay un sacerdote en la diócesis a quien los fieles de todas las parroquias donde se desempeñó han siempre querido mucho. Hace unos veinte años que fue ordenado y posee una clara vocación intelectual. Dio algunas clases en el seminario diocesano pero, más allá de eso, siempre tuvo tareas pastorales. En numerosas ocasiones le pidió al obispo que lo enviara a Roma a estudiar y siempre la respuesta fue negativa. Finalmente, el año pasado comenzó una carrera universitaria en la misma ciudad de San Rafael. Sin embargo, a principio de este año, Mons. Taussig le anunció que en este mes de julio viajaría a Roma a realizar sus deseados estudios. En este sentido, se compró el pasaje aéreo, se consiguió beca para un curso previo de italiano, beca para sus estudios y parroquia donde vivir en la Ciudad Eterna. Pero algo ocurrió. Este padre, que de cobarde no tiene nada, tuvo la osadía de firmar una carta en la que se le pedía al Nuncio Apostólico que intercediera antes Mons. Taussig a fin de que levantara la amenaza de excomunión hacia el Dr. Antonio Capponneto, situación que usted ya ha comentado en su blog. Este hecho provocó que nuestro obispo llamara el 30 de mayo pasado al sacerdote y entablaran el siguiente diálogo:
Obispo: Primero, una pregunta ¿vos firmaste la carta al Nuncio… es auténtica la firma?
Padre: Sí.
Obispo: Lamento comunicarte que se me ha caído la posibilidad de ayudarte en tu viaje a Roma.
Padre: ¿Y cuál sería la causa… es una represalia?
Obispo: Las causas las conversaremos luego ¿Vos tenías ya el pasaje sacado?
Padre: Sí. Lo sacó el P.*
Obispo: Bueno, veremos si podemos recuperar algo del dinero. No sé si tenías otro tema…
Padre: La verdad que no… pero en vista de lo que me plantea, quiero recordarle que en algún
momento le planteé la posibilidad de un año sabático.
Obispo: Bueno, lo tendré en cuenta para el 2015.
Este diálogo fue escrito por el mismo sacerdote y enviado en una carta a varios de sus amigos y se lo pasamos con permiso del autor.
2. Hace un par de años se organizó en nuestra ciudad de San Rafael una marcha de gays y demás especímenes cuyo recorrido pasaba frente a la catedral. Frente al templo nos juntamos unos 300 hombres a fin de defenderlo de posibles agresiones. La orden que nos llegó del obispo fue que entráramos en la iglesia y nos dedicáramos a rezar mientras pasaba la marcha. Por supuesto, no hicimos caso y permanecimos afuera del templo. Dos de los líderes del desacato fueron dos jóvenes amigos nuestros que, además, tuvieron la osadía de asistir a la charla que el Prof. Caponnetto dio hace algunas semanas en la ciudad de Gral. Alvear. Ellos se desempeñaban como preceptores de un colegio católico de San Rafael. Pues bien, ya recibieron la patada de misericordia por parte de nuestro obispo: fueron expulsados de su puesto laboral a fines del mes de junio, a través del representante legal, un exsacerdote del IVE, sin que mediara razón alguna.
3) Y no contento con eso, el canciller de la diócesis emitió un comunicado en el que advierte que el grupo juvenil denominado “Guardia de Cristo Rey”, cuyos dirigente son los dos amigos que le mencionamos anteriormente –y cuyos nombres completos aparecen en el comunicado de prensa-, no pertenece a la Iglesia católica y, por tanto, no puede ser denominado “católico” ni organizar ningún tipo de actividad que tenga que ver con la doctrina de nuestra iglesia. Como autoridad, se cita el Código de Derecho Canónico y la Gaudium et Spes.
4) Usted publicó ayer en su blog el caso del cura de Novara que fue reprendido públicamente por su obispo y por un cardenal “ventrílocuo” del Papa porque dijo que no se puede dar la comunión a los divorciados vueltos a casar ya que han pecado y no están arrepentidos ni tienen propósito de enmienda. En nuestra diócesis ocurrió algo similar aunque no fue hecho público. Resulta que una señora muy acomedida fue a ver a Mons. Taussig para comentarle su malestar debido a que un sacerdote había dicho en la homilía que “fuera de la Iglesia no hay salvación”. ¡Qué escándalo! La respuesta del obispo fue: “Y qué quiere que le haga, señora… ¡con los sacerdotes que tengo!”.
5) Le comentamos también que la relación que tiene Mons. Taussig con su clero está totalmente deteriorada. Por ejemplo, luego de la última misa crismal, había invitado a sus sacerdotes a una cena para la cual había contratado un cuidado servicio de catering. No se quedó ningún cura, a no ser los dos o tres chupamedias de siempre. Tuvo que invitar a los seminaristas para que no se notara tanto el papelón de las mesas vacías. Lo mismo pasa en las reuniones de clero: no va nadie.
6) Finalmente, le comentamos lo que sucedió algunos días antes de la ordenación diaconal prevista desde hacía meses, para el 19 de marzo de este año. Se reunió con los seminaristas que iban a ser ordenados y les dio a conocer los siguientes requisitos para acceder a la imposición de manos:
a)Dejar de usar la sotana: al resonderle los seminaritas que tenían derecho a usarla por el Código de Derecho Canónico, les contestó: “Yo tengo derecho a no ordenar”.
b)Debían estar dispuestos a celebrar Misa caristmática porque hay que ser “inclusivos” con los que viven esa liturgia y no puede ser que sólo el “Padre Pancho” (el que está en la catedral) la celebre pues se está poniendo viejo y otros curas deben acceder a ello para la gente.
c)Que permitan instrumentos como la guitarra y otros similares en la Misa.
Los seminaristas, valientes, le dijeron que no. Él insistía diciendo que, en estos temas como en otros debían, “dejarse guiar por mi prudencia” (sic), y obedecerle en todo, inclusive en lo opinable. (A nosotros nos habían explicado que la prudencia consiste en un juicio personal acerca de una situación concreta que no puede ser transferido. ¿Puede alguien confiarse en la prudencia de otro? ¿Es que la obediencia llega a los límites que exige y plantea Mons. Taussig?)
Frente a la negativa de los seminaristas a aceptar semejantes imposiciones, decidió cancelar la ordenación. Los pobres se quedaron con las estampitas impresas. Finalmente, parece que la situación de frialdad y vacío de su clero ejerció cierta preseión, y los seminaristas fueron ordenados el pasado 28 de junio.
En fin, esto es todo. Se imaginará usted lo felices que estamos con que nuestro obispo siga tan de cerca al papa Francisco.
Tobías y amigos