Nos enteramos hoy de una nueva misericordiación del Papa Bergoglio. Así lo expresa el comunicado de una agencia suiza de noticias:
"De modo más bien inesperado, el Papa Francisco ha decidido poner fin al servicio del comandante de la Guardia Suiza pontificia Daniel Rudolf Anrig a partir del 31 de enero de 2015. Según la información recabada por lo medios en Roma, el comandante Anrig, considerado muy severo por algunos, debería ser reemplazado por el actual vice-comandante".
¿Cuáles serían las severidades del suizo? ¿No dejarle comer sanguchitos o que se sienten a su tropa cuando están de guardia? ¿Impedir que alguno de ellos viaje como amante de un secretario de nunciatura? No lo sabemos.
Paralelamente, también el día de hoy, nuestro ya conocido obispo de San Rafael, el pequeño Mons. Taussig, en el culmine de su desesperación por la desaprensión pontificia hacia su persona (hace pocos días se enteró por boca de un ex-obispo auxiliar de Buenos Aires que no tiene chance alguna de lograr un cambio de diócesis mientras Bergoglio sea Papa), se las agarró una vez más con su clero, modificando esta vez un dictum patrístico. Aquí está la noticia relatada por uno de los involucrados:
Hoy hubo de reunión de clero en San Rafael: el Obispo había solicitado una evaluación (personal o grupal) de la década ganada en la diócesis (su estadía en ella). Lo que se suscitó, más de lo mismo… para el aburrimiento.
La perlita es la siguiente: durante bastante tiempo, mons. Taussig propuso como consigna de acción diocesana la famosa frase de san Agustín “en lo esencial, unidad; en lo opinable, libertad; en todo, caridad”.
Pero ahora ha introducido una variante en el segundo axioma: “en lo opinable, docilidad”. Vaya uno saber si dicha variante está sustentada en el hallazgo de algún nuevo códice, junto con los nuevos apotegmas de Doroteo de Gaza. Mas, en espera de dicha confirmación documental, contamos con la herramienta técnica del carisma episcopal, ya que el diocesano de San Rafael ha apelado a su carácter de sucesor de los Apóstoles para sustentar la nueva formulación de la frase agustiniana.