Se cumplen hoy doscientos años de una de las decisiones más graves y desafortunadas, con inimaginables consecuencias para la Iglesia y la humanidad entera, que haya tomado un Romano Pontífice: la restauración de la Compañía de Jesús, que había sido convenientemente suprimida por el gran papa franciscano Clemente XIV.
Entre otras cosas, sin Compañía, no tendríamos hay a quien tenemos en el solio de Pedro.