Tal como habíamos previsto en este blog, Mons. Eduardo Taussig consumó su última felonía: acaba de decretar el cierre del seminario de San Rafael.
Nombró como liquidador a uno de sus paniaguados y él ganó una cucarda en Roma. Seguramente, habrá negociado el traslado de diócesis porque en San Rafael será odiado y recordado como el Infame.
Estimo que dentro de algunas semanas conoceremos un comunicado similar del nuevo obispo de San Luis, con lo cual, se acabó lo que se daba.