
El 2 de octubre de 2015 -hace casi tres años-, publicaba este post que sugiero releer. Allí explicaba de qué modo el Papa Francisco, a través de sus voceros, se desentendía de la entrevista que había concedido en su viaje a Estados Unidos a Kim Davis, la jueza que fue encarcelada por negarse a validar “matrimonios” homosexuales. Bergoglio le dijo, como a tantos otros, “¡Qué te hicieron!”, la frase que hizo famosa el libro del finado Omar Bello, como reportamos pocos meses después de la elección su elección en este artículo.
Tres años más tarde, la mentira de Francisco ha salido a luz. El 28 de agosto apareció en The New York Timesun artículo en el que Juan Carlos Cruz, uno de los abusados por el P. Karadima, relata que durante su reciente encuentro con el Santo Padre, éste le había dicho, tratando de dejarle bien el claro que no tiene nada contra los gays, que durante su visita a Estados Unidos el nuncio Viganó se había aprovechado de su inocencia para colarle a Jim Davis: “No sabía quién era esa mujer, y él (el nuncio) la escabulló a fin de que yo pudiera saludarla y, por supuesto, después hizo mucha publicidad del caso. Cuando me enteré de todo, quedé horrorizado y despedí al nuncio”.
Pues bien, Mons. Carlo Viganó ha dado a conocer hoy nueva declaración en la que explica, con pruebas y testigos, cómo fueron en realidad los hechos. Pueden leerla en castellano en este artículo de Infovaticana.
Queda claro y probado que el Papa Francisco mintió descaradamente. Como en otra ocasión dijimos en estas mismas páginas (lo que nos valió severas críticas y la pérdida de algunas amistades), el Papa Francisco es un pícaro sinvergüenza. Ya no hay modo de taparlo. Sus embustes están saliendo a la luz. A Bergoglio se le está acabando la cuerda.