La liturgia bizantina celebra el día sábado anterior al Domingo de Ramos, la resurrección de Lázaro.
Oh Cristo Dios, cuando resucitaste a Lázaro de entre los muertos, antes de los días de tu pasión, confirmaste la resurrección futura de todos los hombres. Nosotros también, como los niños de otro tiempo, llevamos a tu presencia los símbolos de tu triunfo y de tu victoria, y te aclamamos a Ti, Vencedor de la Muerte: "¡Hosanna en las alturas! Bendito el que viene en nombre del Señor".
Tropario de la fiesta.