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Evelyn Waugh y la liturgia VII (y último)

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Publicamos la última entrada de la serie. En este caso, algunas cartas de Evelyn a sus amigos y una entrada de su diario. Hacia el final, las circunstancias de su muerte y las reflexiones de su familia.




Carta a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
Día de todos los Santos, 1964.

Querida Pug,
            ... El Concilio Vaticano pesa gravemente en mi espíritu. No tengo dudas de que la verdad prevalecerá pero se están hablando muchas pavadas . .  .
Con amor,
Bo.


Carta a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
7 de febrero de 1965.

Querida,
            . . . Es lindo ir a Roma. Están destruyendo todo lo que era superficialmente atractivo en mi Iglesia. Es un gran dolor para mí y, por una vez, inmerecido. Si ves al Cardenal Bea escúpele en el ojo.
Cariños,
        Bo.

Entrada del diario: Pascua, 1965.
Un año en el que el proceso de transformación de la liturgia ha seguido un curso planeado. Las protestas no sirven para nada. Una minoría de chiflados, a favor y en contra de las innovaciones importa muchísimo. No creo que a la mayor parte de la gente le importe un ardite.
Más que los cambios en la estética, que despojan a la Iglesia de poesía, misterio y dignidad, se sugieren cambios en la Fe [sic] y en la moral que me alarman. Hay una clase de anticlericalismo que busca reducir la posición sacramental única del sacerdote. Se escribe acerca de la Misa como si fuese una ‘comida social’ en la que el ‘pueblo de Dios’ realiza la consagración.
Ruego a Dios nunca apostatar pero ahora sólo puedo ir a la iglesia como un acto de deber y obediencia – del mismo modo como un centinela en el Palacio de Buckingham es apostado sin posibilidades de ser empleado en defender la vida de su soberano.
El Cardenal Heenan se ha mostrado doble en este asunto. Tuve una comida con él a solas en la que expresó completa solidaridad con los conservadores y, según le entendí, prometió resistencia a las innovaciones que ahora está llevando a cabo. ¿Cómo supone él que la causa de la participación es promovida por medio de la prohibición de arrodillarse en el Incarnatus durante el Credo?
La prensa católica no ha realizado oposición. No viviré para ver las cosas enderezadas.


Carta a Lady Mosley
Combe Florey House
9 de marzo, 1966.

Muy querida Diana,
… he envejecido mucho en los últimos dos años. No enfermo sino debilitado. No hay ningún lugar a donde quiera ir y no tengo ganas de hacer nada y soy consciente de ser un completo pelmazo. El Concilio Vaticano me ha destrozado las entrañas . . .
Con amor,
Evelyn
                                         
Última carta a Lady Mosley
Combe Florey House
30 de marzo, 1966.

Muy querida Diana,
            . . . La Pascua significaba tanto para mí. Antes del Papa Juan y su Concilio – ellos destrozaron la belleza de la liturgia. Todavía no me he rociado de nafta y prendido fuego, pero ahora me aferro a la Fe tenazmente sin gozo. La asistencia a la Iglesia es un puro alarde de deber. No viviré para verla restaurada. Es peor en muchos otros países. . .
Con amor,
Evelyn.

La profunda tristeza que asolaba el alma de Evelyn le impedía, como había ocurrido en años anteriores, esperar con ansias la Pascua de 1966. Sabía que no podría suportar la misa bullanguera y en inglés que se celebraría ese día en su parroquia. Le pidió entonces encarecidamente a sus amigos, los monjes de la abadía benedictina de Downside, que alguno de ellos le celebrara para él y su familia la misa tradicional latina en una pequeña capilla ubicada cerca de su casa. Los monjes se negaron. Finalmente, consiguió que el P. Philip Caraman, s.j., de Londres, accediera a ir a Somerset y celebrara la misa que él tanto añoraba.
Al terminar la celebración pascual, Evelyn había cambiado. Estaba feliz y conversador como en los viejos tiempos. Su familia no cubía en sí de felicidad: habían recuperado a su marido y a su padre.
De regreso a la casa, y mientras se preparaban para el almuerzo, Evelyn sufrió una descompensación y falleció a los pocos minutos.


Carta de Margaret Waugh, una de las hijas de Evelyn, a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
Jueves de Pascua.

Querida Lady Diana,
            No se sienta demasiado acongojada por Papá. Pienso que fue una especie de maravilloso milagro. Vd. sabe cuánto deseaba él morir; y morir como él el domingo de Pascua, cuando toda la liturgia es acerca de la muerte y la resurrección, luego de una Misa en latín y la Santa Comunión, es exactamente lo que deseaba. Estoy segura que pidió la muerte en la Misa. Estoy muy, muy feliz por él.
Hablaba mucho de Vd. en sus últimos días. Estaba muy preocupado y molesto por el robo que Vd. sufrió. Asimismo hablamos mucho acerca de nuestra estancia con Vd. en Chantilly hace exactamente diez años.
Con todo mi amor,
Margaret

Carta de Laura Waugh, la mujer de Evelyn,  a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
Jueves de Pascua.

Querida Diana,
Muchas gracias por tu carta. Significabas tanto para Evelyn y lo entendías tan bien –pienso que estuvo pidiendo la muerte desde hacía mucho tiempo y que no pudo haber ocurrido de un modo más bello y feliz para él –sin ningún sufrimiento físico o enfermedad –de tal modo que sólo puedo agradecer a Dios por esta gracia para Evelyn. Pero la vida nunca volverá a ser lo mismo para nosotros sin él.
Habrá una Misa en su memoria el jueves en la Catedral de Westminster pero no iré pues bien sé [sic] que siempre hemos detestado las pompas de la muerte. Pero por favor reza una oración por él y por mí.
Con todo mi amor,
Laura

(Traducción: P. Carlos Baliña)




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