Los medios digitales han reemplazado ampliamente a los medios tradicionales. A L’Osservatore Romano no lo lee nadie —literalmente— aunque se sigue imprimiendo diariamente a la vez que portales como Infocatólica o Infovaticana, o blogs como los de Aldo Maria Valli o Marco Tossatti tienen decenas de miles de visitas diarias.
Y algo similar ocurre con los canales de Youtube. Y de entre estos, los que profesan ideas conservadores acumulan decenas de miles de suscriptores y visualizaciones de sus videos. Mientras tanto, los medios audiovisuales diocesanos, que cuestan una fortuna a los obispos que se animan a sostenerlos, tienen una audiencia irrisoria. Y esto ocurre en todo el mundo. Es cuestión de ver, por ejemplo en Argentina, la cantidad de visualizaciones que tienen los videos del canal oficial de la Conferencia Episcopal y los que tienen canales católicos como los que todos conocemos.
Es lógico entonces, que las envidias y las furias clericales, que suelen ser más virulentas que las de los comunes mortales, se desaten apenas encuentran la ocasión. Y es esto lo que ha ocurrido con el canal La sacristía de La Vendée, que reúne en tertulias semanales a un grupo de sacerdotes de la arquidiócesis primada de Toledo. Allí se discute en un ambiente propio de tertulia, es decir, sin libreto y en conversaciones espontáneas y francas, lo que está sucediendo en la Iglesia, que nadie puede negar que es de una gravedad nunca antes vista. Y los participantes de la reunión lo hacen con argumentos católicos, es decir, con argumentos tomados de la doctrina de la Iglesia, que es multisecular y que no surgió de un concilio en los años ’60. Y es por eso que tienen casi setenta mil suscriptores y cada video cuenta con decenas de miles de visualizaciones.
Por supuesto, los medios ideologizados del progresismo oficialista, como Religión Digital y Vida Nueva, se han tomado de un momento brevísimo en el último video, en el que por esa espontaneidad característica del sitio un sacerdote ha dicho que reza para que “el Papa se vaya al cielo cuanto antes”, para lanzar contra ellos una campaña feroz. Justamente esos medios digitales que no ahorraron nunca críticas feroces contra Juan Pablo II y Benedicto XVI, se convierten ahora en inesperados defensores de la figura del pontífice romano. Hace gracias que Vida Nueva, por ejemplo, que salió en defensa de Kiko Argüello cuanto este deseó la muerte de Benedicto XVI, se rasgue ahora las vestiduras por los dichos al pasar de los curas de La Vendée.
Los sacerdotes de La Sacristía han publicado un comunicado en que reconocen que se trató de un comunicado desafortunado y que fue sacado de contexto. Es que, efectivamente, nadie de quienes ven el video se puede tomar en serio el comentario, que no fue más que una chanza, brevísima y pasajera. Pero todo viene bien a los enemigos de la verdadera fe para ensañarse con los sacerdotes católicos. Nada que no hayamos visto antes, y nada que no haya visto España hace menos de un siglo. La diferencia es que en esas circunstancias, quienes perseguían y mataban a los sacerdotes, eran comunistas y anarquistas; hoy soy los propios católicos. Curiosamente, hoy son perseguidos los sacerdote que no hacen más que enseñar la doctrina de siempre mientras aquellos de con colegas que se dedican a predicar desde el púlpito cualquier tipo de herejía, tienen la protección episcopal asegurada. Todo esto se está discutiendo en estos momentos en artículos como este o este.
El arzobispado de Toledo ha emitido un comunicado. Confiamos en que el arzobispo comprenderá cabalmente la situación y no se dejará embaucar por los enemigos de la fe. Él es un hombre católico y tiene real aprecio por sus sacerdotes. Y también es muy consciente del enorme bien que hacen en el mundo entero ese grupo de hijos suyos preocupados por llevar luz a las almas en momentos de tanta confusión. Flaco favor haría a la fe y a la religión si, cediendo a las presiones mediáticas, tomaran alguna decisión que perjudicara el apostolado de los curas de La Sacristía.
Me permito entonces, dirigirme a Mons. Francisco Cerro Chavez, arzobispo primado de Toledo, e invito a todos a unirse a este pedido (pueden hacerlo desde aquí), a fin de que afirme la actitud paterna y católica que ha caracterizado su pontificado y proteja a este grupo de sacerdotes —sus sacerdotes— a fin de que no sean presa de quienes quieren dañar el Depósito de la Fe que a él le fue encomendado guardar.