Quantcast
Channel: Caminante Wanderer
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1493

El alarmante indiestrismo del cardenal Tucho Fernández

$
0
0

 


El sábado pasado, Tucho, prefecto de Doctrina de la Fe, emanó un nuevo un documento, y en este caso la novedad doctrinal que nos anuncia es que, en la administración de los sacramentos, el sacerdote debe respetar las fórmulas establecidas por la Iglesia pues, en caso contrario, se arriesga a que esos sacramentos sean inválidos. El orbe católico ha quedado pasmado ante la agudeza teológica de tal afirmación y los sectores neoconservadores respiran tranquilos: la Santa Sede puede tener algunos devaneos inquietantes con respecto a novedosas  bendiciones pastorales a parejas irregulares, pero es capaz también de emitir documentos tan  clarificadores de la doctrina perennis como Gestis verbisque ¡Qué no cunda el pánico! La Iglesia sigue en buenas manos. Una de cal y otra de arena.

   Su Eminencia, sin embargo, no puede con su vedettismo y entonces ha agregado al documento una introducción, escrita de su puño y mediocre letra. Allí redacta párrafos como el siguiente, que constituye la envidia de la cancillería pontificia de Benedicto XIV a la fecha: “Por tanto, los ministros debemos superar la tentación de sentirnos dueños de la Iglesia. Por el contrario, debemos ser muy receptivos al don que se nos presenta: no sólo el don de la vida o de la gracia, sino también los tesoros de los Sacramentos que nos confía la Madre Iglesia. ¡No son nuestros!”. Marco Tulio no lo habría dicho mejor.

    Por cierto, y a fin de evitar equívocos embarazosos que tergiversarían el espíritu de apertura y flacidez de este pontificado, el cardenal Víctor Fernández termina su introducción aclarando que: “La nota que presentamos aquí no trata, por tanto, de una cuestión meramente técnica o incluso ‘rigorista’”. Faltaba más, que nos vinieran en estos tiempos con tecnicismos y rigores, ordenándonos cómo decir tales o cuales palabras.

    Dejando de lado las ironías, único modo con que en ocasiones pueden ser tratados estos personajes mínimos, resulta curioso que justamente en el papado de Francisco, que se ha preocupado en alertar en los últimos años contra los indietristas, aquellos malvados que no entran en las categorías de los “todos, todos, todos” que tienen asegurado su lugar en la Iglesia, sea cuando se publica una nota reveladora de un indietrismo impensado. Veamos: hacia mediados del siglo VIII salió de Irlanda un monje llamado Fergal, latinizado como Virgilio, con intenciones de peregrinar a los lugares santos como hacían muchos de sus connacionales. Pero quedó en el camino y fue nombrado obispo de Salzburgo. Y estando en su sede, aconteció un conflicto con otro monje y obispo irlandés, San Bonifacio, el gran apóstol de los pueblos germanos. El caso es que un sacerdote de la diócesis de San Virgilio —porque Fergal es santo—, por su ignorancia del latín, había celebrado bautismos utilizando esta fórmula: “Baptizo te in nomine patria et filia et spiritu sancta”. San Bonifacio consideró que esos fieles debían ser bautizados nuevamente; Virgilio, en cambio, afirmaba que el bautismo había sido válido. Y para dirimir la cuestión, se dirigieron con este dubium al Papa de Roma, que en ese tiempo era Zacarías, pontífice se daba tiempo para responder las dubia que le dirigían sus obispos. Y les mandó la siguiente breve nota, aunque sin estar precedida por ninguna introducción pavota: 

Zacarías, siervo de los siervos de Dios, a su reverendísimo y santo hermano y obispo, Bonifacio.

Hemos oído de Virgilio y Sedonio, hombres de vida religiosa en Baviera, que tú les ha ordenado conferir el bautismo por segunda vez a ciertos cristianos. Este informe nos ha causado cierta inquietud y, si los hechos son ciertos, nos ha sorprendido enormemente. Nos han dicho que había cierto sacerdote en esa provincia que no sabía nada de latín, y que en la ceremonia del bautismo, por ignorancia de la gramática latina, cometió el error de decir: “Baptizo te in nomine patria. et filia et spiritus Sancti”, y por esta razón tú consideraste necesario un segundo bautismo. Sin embargo, muy reverendo hermano, si el ministro no se proponía afirmar ningún error o herejía, sino que simplemente por ignorancia cometió un lapsus en latín, no podemos estar de acuerdo con una repetición del rito bautismal. Porque, como tú bien sabes, incluso una persona que ha sido bautizada por un hereje en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, no necesita ser bautizada de nuevo, sino que es simplemente absuelta por la imposición de manos. Si, entonces, el caso es realmente tal como lo plantea el informe, tú ya no debe emitir instrucciones en este sentido. Debéis esforzaros por conformaros a la enseñanza y la predicación de los Padres de la Iglesia. (Epístola VII del papa Zacarías, PL 89, 929).

    ¡Qué mal deberán estar las cosas en la Iglesia para que, casi 1300 años después de sucedido este incidente, y pasado el magno acontecimiento del Concilio Vaticano II que llevó a la madurez a todo el pueblo de Dios, se deba volver sobre el tema! Indietrismo en estado puro.



Viewing all articles
Browse latest Browse all 1493

Trending Articles