Quantcast
Channel: Caminante Wanderer
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1493

Minorías creativas

$
0
0

 




Las dos últimas entradas del blog fueron sobre la peregrinación ad Petri sedem que tuvo lugar hace poco días y que bien podría ser calificada de un éxito visto los tiempos que corren y vista la tormenta que se esperaba luego de Traditionis custodes

    En la actualidad, hablar de éxito enseguida se asocia al número. Pareciera que lo exitoso debe ser necesariamente multitudinario. Y en parte es así, aunque sea necesario calibrar qué es lo multitudinario de acuerdo a cada caso en particular. La peregrinación, en ese sentido, fue exitosa porque 1700 peregrinos, en este caso, constituyen un éxito aunque el número en sí mismo no parezca significativo.

Y aquí entra a jugar un concepto que ha sido repetido en numerosas ocasiones por el papa Benedicto XVI: “minorías creativas”. No es una expresión suya, sino que fue acuñada por el historiador inglés Arnold Toynbee (1889-1975), que la utilizó para explicar la tesis según la cual las civilizaciones colapsan principalmente por la decadencia interna y no por factores externos. "Las civilizaciones”, escribe Toynbee, “mueren por suicidio, no por asesinato”. Y aquí entran a jugar las “minorías creativas”, que son aquellas que responden proactivamente a una crisis de la civilización, y cuya respuesta permite que esa civilización se recupere y no desaparezca. Un ejemplo fue la reacción de la Iglesia católica al colapso del Imperio Romano en Occidente en el siglo V d.C. La Iglesia respondió preservando la sabiduría y la ley de Atenas, Roma y Jerusalén, al tiempo que integraba a las tribus germanas invasoras en una comunidad religiosa universal. La civilización occidental se salvó yenriqueció.

El papa Benedicto sostenía que el papel de la Iglesia católica en el mundo contemporáneo debía ser el de una minoría creativa, quizás la única estrategia viable. Ese Iglesia que se vería drásticamente reducida debería ser la minoría que finalmente levara la masa de un mundo que ha dejado de ser cristiano. Un número pequeño de católicos, sí, pero creativos. 

La experiencia de la peregrinación ad Petri sedem me lleva a pensar que el mismo concepto puede ser aplicado a la situación actual de la Iglesia. Lo cierto es que estamos frente a una Iglesia que está colapsando, y esta situación es evidente. Lo tratamos aquí hace algunos meses y acaba de publicarse un artículo en el mismo sentido en The New York Times. La Iglesia se está suicidando y quienes están a cargo son incapaces de reconocer la tragedia por la que estamos atravesando. Y entonces, siguiendo la tesis de Toynbee, es la hora de las minorías creativas que, si Dios así lo quiere, serán las responsables del resurgimiento de la Iglesia demolida desde dentro.

Y lo reflexiono a partir del ejemplo de la peregrinación porque es justamente en el ámbito tradicionalista —un ámbito claramente minoritario dentro de la Iglesia— donde la creatividad y el crecimiento cualitativo que necesariamente viene asociado a ella se observa de un modo más claro. La misma peregrinación comenzó siendo organizada por un número reducido de personas con iniciativa, constancia y convicción, y a pesar de todos los obstáculos que aparecieron en los últimos años —desde un confinamiento global a un motu proprio—, el encuentro romano para la fiesta de Cristo Rey es cada vez más numeroso y poblado de jóvenes venidos del mundo entero. En el caso del mundo hispánico -lo que fue objeto de una de las conferencias del Encuentro previo en el Augustinianum-, el panorama es similar, si miramos, por ejemplo, a las minorías creativas que organizan la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad en España y Argentina, o las vocaciones que ingresan anualmente a institutos tradicionalistas (el 60% de los ingresantes de este año al Instituto del Buen Pastor, por ejemplo, es origen latinoamericano). 

Vuelvo a la objeción que aparece subrepticiamente: no se trata más que de un ínfimo puñado de fieles sin ninguna capacidad de influencia en las altas esferas del poder eclesial. Y es verdad, pero la objeción a la objeción es que el número no es significativo en sí mismo, sino que la fuerza viene dada por la creatividad de ese grupo. Cuando Tomás Moro se quedó solo contra la brutal demolición de la libertad de la Iglesia inglesa por parte de Enrique VIII, muchos vieron su resistencia como un gesto solitario y completamente inútil. Pero resultó ser una minoría creativa de un solo hombre. Quinientos años después, Santo Tomás Moro es considerado por los católicos como un modelo de fidelidad a la fe y a la propia conciencia. Por el contrario, nadie recuerda a las decenas de obispos ingleses que, con la heroica excepción de San John Fisher, se inclinaron ante la tiranía del rey. 

La nuestra, las luchas de las minorías creativas como lo fueron Casiodoro o San Benito en el siglo VI, no son luchas cuyo resultados se ven a corto plazo. No debemos pensar con la matriz de ciclos de noticias de 24 horas, o de conseguir titulares o likes. La opción es a largo plazo, y la visión a largo plazo siempre gana. Y eso es algo que el mundo nunca entenderá.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 1493

Trending Articles